1.7 Bienes exteriores: del cuerpo y del alma

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Una vez alcanzado este punto, se pueden comparar los diversos bienes que puede obtener el hombre: exteriores, del cuerpo y del alma[1].Para Aristóteles, los bienes del alma son los más importantes[2], pero no por ello hay que subestimar los exteriores[3], y tampoco incluso la buena suerte[4]. Tampoco habrá que despreciar de modo absoluto los bienes del cuerpo[5].


[1] “Divididos, pues los bienes en tres clases, los llamados exteriores, los del alma y los del cuerpo” (1098b,10-15).
[2] “…decimos que los del alma son los más importantes y los bienes por excelencia (1098b, 10-15).
[3] “Pero es evidente que la felicidad necesita también de los bienes exteriores… pues es imposible o nos es fácil hacer el bien cuando no se cuenta con recursos” (1091b,1-5).
[4] “La felicidad parece necesitar también de la prosperidad, y por esta razón algunos la identifican con la buena suerte” (1099b,5-10).
[5] “Pues uno que fuera de semblante feísimo…no podría ser feliz del todo” (1099b,1-5).